lunes, 27 de septiembre de 2010

Un rapido vistazo.

En uno de los mercados de nuestras ciudades; de pronto la lluvia arreció un poco más y nos refugiamos bajo un toldo... mentiras, no era un toldo, era un techo sobresaliente de una casa. Cuando cesó, caminamos, llevaba mi chaqueta de cuero en una mano, escondiendo mi reloj de muñeca que había sido un regalo de un amigo mago, por lo tanto no solo daba la hora, sino que también daba deseos de tenerlo por los poderes de prestidigitación que encerraba.
Las calles sucias y malolientes, alguien vendiendo mierderío por aca y otro por allá, un rápido vuelo a través de todo lo coloquial que encierran los mercados.
Al final solo compré un par de jabones "naturales": uno de caracol y uno de pepino...

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