viernes, 4 de marzo de 2011

Viaje abortado hacia el otro lado del panteón.

INTRO
... Mi pueblo no conoce la paz y aborta su viaje al descanso.

ESTROFA
Cuando todo el mundo dice que la vida no es más,
la habitación es fría y no sé qué compartir...
al verte de pié en la estancia que lleva al bar
algo me dice que no querés amar ni odiar.

CORO
Por eso quiero sufrir un poco más,
estar a tu lado de verdad...
cuando la madrugada diga "hasta luego", adiós.

ESTROFA
Un viaje abortado hacia el otro lado del panteón
me dice que todo acabó...

domingo, 30 de enero de 2011

La eterna sonrisa. Una visita...

...a San Salvador, la capital de El Salvador, me hizo reflexionar y darme cuenta por mí mismo lo que había visto en televisión y leído en los periódicos. Mucho de lo que dicen es cierto y me consta que las personas en ese lugar andan todo el tiempo estresadas, malhumoradas, con miedo... no son amables ni sonríen. ¿Por qué le llaman a El Salvador el país de la sonrisa? Seguramente quienes lo nombraron así no vivieron mucho tiempo en el país para darse cuenta de la verdad.

Volví asustado, esperando que mi breve visita haya servido de algo a las personas con quienes traté. Se preguntarán qué lugares visité... pues mi trayecto inició en Guadalupe y siguió por toda esa callecita llena de gente y sobre todo, carros; terminé allá por unos hospitales y luego caminé un poco más en dirección a un centro comercial, a una torre de varios pisos de alto donde conocí cómo trabajan las personas del Gobierno.

Pues tomé un café e hice una recarga telefónica... y en todas partes, incluso en las personas que pretendí que fuesen más amables, una sonrisa hizo falta. Muy mal.

Realmente me pareció extraño y chocante la forma en que las personas en esa capital se comportan (porque lo de ellas no es conducta) y para muestra, dos o tres días después de mi visita, supe a través de un periódico que en una discusión por un dólar (US $1.00), un taxista murió.

Lástima, El Salvador y su gente se merecen algo más que eso, más que el miedo, más que la incertidumbre; hasta creo que la gente, sobre todo en San Salvador, ha perdido el entusiasmo de vivir, la alegría de la vida y la eterna sonrisa.