martes, 2 de marzo de 2010

...Y qué conmigo?

Nunca pensó que luego de despedirse de su amado, regresaría sobre sus pasos hacia la misma cafetería donde había comprado los helados de sabor. Tendría que regresar a casa llevando consigo cuatro copas de helado y seis mas del tamaño de una almendra y pasar frente a doce niños y niñas que jugaban en la cancha. Algunos se le quedaron viendo a la bolsa plástica transparente que dejaba ver su contenido expreso.
Por algún instante cuando se dirigía de regreso a la cafetería, habría pensado en todos ellos, y se ideó comprando dos bolsas de helado para todos; pero de repente cambio de parecer... y no le importó pasar frente a ellos.

¿Quiénes son mas importantes? - se preguntó. - ¿Mi familia o estos niños que ni siquiera conozco?, ellos dentro de poco se volverán maleantes y prostitutas... y se olvidarán de que alguien los trató como lo que eran: niños y niñas.

Dio un paso y otro y bajo los escalones y atravesó la puerta de su vecindario de clase media.

- ¿...Y qué conmigo? - dijo, y entró a la casa.