sábado, 7 de enero de 2017

1. Segno.

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segno.
Le gustaba escribir en libros y cuadernillos hurtados pero nadie sabía qué, las habladurías mencionan que lo que hacía era llevar una bitácora (al igual que Sapiens) hasta el día en que desaparecieron juntos. En él – dicen algunos - se relata la manera en que llegó a la Infragalaxia.

Y en quanto se acercó a la orilla con el humo saliendo de su pot-E1, se quedó pensativo. Quizá habría robado alguno de esos pensamientos que tanto entretenían en las situaciones difíciles; no apareció en su bolsillo ninguna imagen de las hurtadas por Tier-nam Numb2, tampoco apareció ninguna emoción con las que jugaba Zeel-Ziggybloode3; todo se quedaba escondido en las entrañas y en los laberintos circunvolutos de Segno, el vocalista Elemortal de “Paraíso Perdido”, una revolucionaria banda de contrarreforma musical en Vertex, su ciudad natal y segunda en importancia en toda la Infragalaxia4 del Salvífico Señor Spira-Lus.

  • ¿Es este mi principio o mi final? – se dijo mientras veía hacia abajo desde las alturas de un edificio - Detrás del telón nada es real, detrás del telón me agarro de lo que sea para seguir aquí...; pero no me quieren dejar... Ellos. Al principio tuve un sueño y estuve solo caminando rumbo a algún lugar del que ya no recuerdo el nombre. Y más allá la música iba a entrar muy pronto... originalmente yo había nacido para matar y también para morir; los que me hicieron pusieron en mí la habilidad, o por lo menos la capacidad, de tener envidia y ser egoísta hasta el punto de ser casi como ellos. Por supuesto que era algo más que “sólo” matar a alguien, como si sólo es de soplar e inflar botellas, no, era igual a multiplicar el sufrimiento por un vergo de millones de gentes elevado al infranato5, lo cual les daba más poder a ellos que me crearon para ser su instrumento de adoración. ¿Cómo? Por medio de la sangre derramada. Justo como lo seguían haciendo con incluso los autoproclamados Salvíficos Eternos6 y con los falsos maestros y profetas las poderosas religiones y otras sectas “tridianas”, “tridiánicas” y sobre todo las trídicas extremo-fundamentalistas... no iban a dejar que les quitaran el bizne. Nunca. Yo sabía todo lo que aquello significaba y me negaba a mí mismo al oponerme a hacer algo con lo que no comulgaba ya. Llevando átromos7 y eones de alguien extraordinariamente cabrón, no se me permitiría sucumbir a la tentación de liberar al pueblo de su sufrimiento a través del derramamiento de su propia sangre – sobre lo cual los numb tenían poder - . Con mi tecomate en mano, lleno de txaparro, me dejaba seducir por la borrachera mientras tarareaba frases de alguna canción en un idioma desconocido aprendida hacía tiempo en mi niñez quando todavía permitían escuchar canciones… Sé que me esperan, allá donde en una pared se lee: “les-güiners”, como si yo fuese mixolingua. Sus labios también se mueven pero no entiendo…, escucho notas y melodías nada más. Allí deben estar, en aquel cuarto medio sucio, medio limpio, medio hediondo, medio destapado, medio construido, medio manchado, medio ocupado… Lo que hacemos, a pesar de ser clandestino, es lo único que me mantiene lejos del borde y de la caída. Ellos son mis amigos y compañeros, no podría pagar lo que han hecho por mí… Sin embargo, también al lado de ellos ha habido desvergue con todo y el caos existente en esta puta realidad y en este puto pueblón. He aquí a la banda que en otro tiempo fue de los mensajeros más populares… ahora hace honor a su nombre…

  • Llegás tarde…- le dijo alguien en cuanto éste cruzó la aguada puerta gelatinosa de la casa.
  • Zeel-Ziguiboode me retuvo más tiempo el muy serót…- y continuó para sí mismo: “Y mientras canto, trato de olvidar la puta fábrica…”

Sonaron unas notas formando melodías, aquello no podía ser más irreverente y más fuera de la ley; pero aquella casa estaba protegida con paredes forradas con txiltepe, un tipo de material que alguien encontró fuerte y maleable (y hasta aislante de sonidos y que provenía de los desperdicios de la piel procesada de unas bestias gigantes llamadas “los iksódidos8”) y que era desechado en los mares para que se disolviera causando viscosidad purulenta y negra que, hasta el momento de esta historia, convertida en vapor caía nuevamente en las ciudades en forma de lluvia ácida o picante causando enfermedades a sus abatidos habitantes. Aquellos seis y a veces hasta siete elemortales que ejecutaban música antigua – de la más prohibida en todo el Tre-Mondié y no sólo en la pequeña Spira-Lus – se habían reunido un día bajo la protección de los Mimos Negros y bajo el amor de una Mamamámen Blanca para hacer sonar sus voces y alentar insurrección en contra de los que los oprimían; pero ello no era tarea fácil pues antes de la tan anhelada revolución había que hacer que los pobres habitantes de su infragalaxia pudieran pensar por sí mismos, cosa que requería de un esfuerzo conjunto de todas las razas oprimidas por los mismos que desde hacía eones dominaban gran parte de la Expansión Multiversal del Vasto.

A pesar de todo esto, una buena parte de la población sabía sobre lo mal que estaban conduciendo la dinámica social y muchos se oponían a continuar bajo el yugo de tales seres y por eso mismo eran perseguidos al igual que todo lo que hacían y no les favoreciera a los poderosos.

Segno a veces parecía como si se preocupaba de todo aquello, tenía miedo de que lo ocurrido durante la última guerra se repitiera y esto le impedía “existir” y darle forma a sus “trece cielos” - que quizá nadie sabía con exactitud lo que eran - según le recomendaban en casa de uno de los mimos. A pesar del miedo y de que la música misma era punible tanto como los colores condenables, y la felicidad prohibida tácita, implícita y subliminalmente, las canciones de aquél género “extinto” que tocaban podrían condenarlos al encarcelamiento de por vida o a la pena de muerte.
Cantaba aquellas rolas y por momentos hasta sentía lo que decía y se deleitaba su ser en todo aquello, pero su pensamiento parecía regresarlo a algún sueño extraño no registrado o al pasado, haciéndolo sentir paranóico y a veces hasta aprehensivo respecto a su realidad, porque su sociedad estaba tan dominada por los que se ponían del lado de los numb que cada cosa, actividad, enfermedad, evento de cualquier tipo, invento, et cétera, estaba controlado de alguna forma obvia u oculta. De la misma forma de todos se poseía la información completa de su identidad y ocupación: quién era, qué hacía, qué comía, a quiénes frecuentaba, adónde se divertía, cuáles eran sus trastornos… producto de una “explosión” tecnológica ingeniada por los asalariados de los Ziguiboode y de quienes se hablará más adelante.

Hasta el momento en que su pie lo sostuvo en el borde de aquella construcción, nadie supo en realidad cómo había sido posible para él y sus compañeros, hermanos y amigos entrar por asalto a uno de los templos más resguardados de los cientos que llenaban las calles.
Porque había templos de diversa índole y tema, por ejemplo estaban los templos de entretenimiento: a ellos acudían los más jóvenes que se dejaban llevar por el constante cambio repentino de los eventos, de las modas y de las tendencias; los templos del deporte, donde se rendía culto a los físicamente más fuertes o mejor alimentados; los templos religiosos que a la vez eran teatros pues los predicadores habían estudiado la actuación igual que los mimos pero con un objetivo muy distinto para lo que habían sido creadas las artes escénicas, allí se pretendía resguardar las creencias, las tradiciones y la moral; y los templos de dinero: los más concurridos y los mejor protegidos pues resguardaban dos cosas importantes para los habitantes: las esperanzas y sueños de un pueblo derrotado y sin guía, y el dinero que siempre era poseído en su totalidad por los mismos numb y la Gran Familia9 haciéndole creer a la gente que podía alcanzarlo con esperanzas y sueños, con esfuerzo, sacrificio y trabajo asalariado. Todos los templos pertenecían y eran administrados por los sirvientes de los Numb y de los mismos Ziggyboude pero éstos se reservaban el manejo directo de los templos de dinero y los de confección y producción.
A uno de estos había llegado una tarde un joven con ánimo de sustraer bienes pues era tanta la pobreza y el hambre que no perdería mucho si era atrapado o muerto, además parecía que la riqueza y poder de aquellos sólo provenía de lo poco que los oscuros mares circundantes entregaban gratuitamente a todos.

Se decía que en las fábricas todo estaba al revés, desde que Zughnam-Ziguiboode había adoptado su política de favorecer a los Kefalitas, estos habían crecido en número y en poder: hacía años, los kefalitas sólo eran una raza efímera en este lado de la Nebulosa Multiversal, expulsados indignamente desde el paraíso que los Padres de los Elementos10 les habían regalado (de allí el nombre de la banda), expatriados, pobres y miserables, habían llegado con sus propias luchas a las Puertas de las ciudades en busca de ayuda. Entonces se les dio refugio y alimento, se les dio lo necesario para que vivieran con dignidad después de saber de su desgracia; pero ellos se habrían aprovechado y lo habrían invadido todo, desplazando a los autollamados Elementos o Elemortales, quienes hasta entonces eran la mayoría de la población. De entre los kefalitas sobresalían los científicos y los técnicos en electromecanismos pues la investigación era su verdadera vida, vida evolucionada de una curiosidad innata con la que habían atravesado exitosamente los leves trazos dejados por los túneles dimensionales que los mismos numb habían creado en sus experimentos. ¿Y éstos Numb, de dónde provenían entonces? Nadie en realidad lo sabía pero muchos habían elaborado teorías e historias urbanas de toda índole, desde las más locas hasta las menos conocidas; pero no por ello dejaban de tener una verdad oculta. Hacía tanto tiempo que estaban en la cúspide de los conos-ciudades que nadie – ni siquiera sus antiguos enemigos los Kannabia – sabía. Estos numb se escondían bajo disfraces que los hacían parecer los más hermosos elemortales de la Nube11, siendo así aclamados y venerados por todas partes debido a su tan bien producido estilo de vida basado en la explotación de esos otros reinos. Así que los mismos numb podían asegurar con esto que ellos provenían de ese “insondable” e “interminable” Infranato que es la existencia, o ser descendientes de fuerzas y energías antiguas que justificaran su dominación.
Lo que sí era seguro era que en un pasado lejano habían invadido el reino floreciente y armonioso que gobernaban los kannabia y que los habían sometido con violencia y muerte en una sucesión de guerras de las cuales sólo se poseía en la memoria la última con la cual borraron completamente la sabiduría ancestral, una guerra llamada la “Tres G” o “GGG” que aún estaba fresca en el recuerdo de los elemortales y de las otras razas que la habían sufrido…

Pero al fin, volviendo a Segno: allí estaba ya con sus amigos, vociferando un par de canciones en lenguaje numb que se empeñaba en arruinar. Era una falta muy grave cantar, se exponía a la muerte… pero era lo único que lo liberaba. Hacía tiempo que había desaparecido la música y el canto, y sólo unos pocos se atrevían a hacerlo en la clandestinidad; hacía tiempo que él había llegado a esos lugares tratando de encontrar la felicidad perdida… pero encontró lo mismo de siempre: “…Y yo siempre pensé que esto sería la tierra de leche y miel, pero llegué a descubrir que es todo odio y dinero, y hay una tirolesa de codicia que me sostiene…” decía el cántico a pesar de que él (ni nadie) entendía de qué hablaba. Y no estaba seguro si alguna vez había pertenecido a otro mundo, pero estaba a punto de saber si todo aquello de lo que le habían hablado era cierto, le hubiera gustado saber que sí justo antes de su repentina desintegración estando de pié en aquel filo. Sostenía un pequeño libro que alguien le había regalado la primera vez que se vieron y no era precisamente el libro de esenciologuía que Kaz le había dado cuando se conocieron, éste era un libro que hablaba de cosas más tangibles, medibles y hasta explicables. Era un libro donde se relataba la manera en que el autor había llegado a la Infragalaxia, a la Nebulosa Multiversal, y describía cómo junto a dos de sus amigos había construído una máquina (cuyo nombre en mixolingua se ha perdido para siempre), de cómo conducirla a través de todas la dimensiones y del poder que guardaba; también mencionaba asuntos sobre las especies y razas que habitaban en la Nube lo mismo que las costumbres y los eventos vividos por él y sus compañeros, amigos y hermanos; de mitos trídicos y leyendas antiguas también se hacía mención para dar información relacionada a los eventos que sucedían en ese momento; no faltaban los que no creían las historias allí relatadas, decían que seguramente solo era un cuento de viejas y nada más, aunque a aquellos tres no se les volvió a ver jamás después de aquella victoria tan inesperada.

Sonó algo a lo lejos, una música, un canto, un poema, una rima, la casa se llenaba de vibraciones que hacían desaparecer las paredes… o por lo menos las hacía el refugio de lo que tanto había en sus cabezas. Dentro de esas paredes medio-medio llenas de todo – según se había dicho Segno a sí mismo unos pasos antes dentro del carretel del espacio-tiempo - , las ondas vibrafónicas12 se esparcían por todos lados en salones que cada vez se hacían más grandes, más cavernosos, más ceremoniales. Así era feliz, así lo había sido desde pequeño quando con su hermano acostumbraban a desaparecer de las miradas de sus padres para meterse en aquellos templos donde todo era tan libre y brillante, esos templos que ellos habían creado al dibujar puertas en las esquinas de las habitaciones.
Se contaba que antaño se dibujaban puertas para acceder a lugares ocultos, pero todo esto era solo un juego de niños que en alguna ocasión se prohibió debido a que, según decían los tridiánicos, había atrapado a varios dejando solo una impresión de ellos sobre el muro y de la cual aquí se presenta una imagen de tal como es.
Aquéllos niños nunca habían sido regresados a este lado del espacio-tiempo, sin embargo vivían su propia realidad en aquellas dos dimensiones como se dice están establecidos Las Alturas, el Caos y el Vasto en contraposición al Negativo del cual nada se sabía excepto que existía en él una copia exacta de todos los habitantes de aquellas Nubes habitables.

1 Originalmente del Numb “popular tea”, elaborado de la flor de Avitas plantada y cosechada por el pueblo kannabia. Durante la Invasión Numb, los guerreros kannabia consumían el té para provocarse un enlace mental y cohesionar sus acciones.

2 Ministro Administrador del gobierno Numb en Ev-3.

3 Así le llaman coloquialmente los mimos a uno de los Numb opresores.

4 Infragalaxia es lo equivalente a países o pueblos.

5 Infranato es lo que no tiene fin.

6 Usualmente profetas y visionarios.

7 Significa “El que no se puede medir”.

8 Según decían los científicos de origen kefalita, los iksódidos eran organismos provenientes de otra dimensión, altamente invasivos y destructivos, llegados por temporadas desde las profundidades de las aguas pantanosas que rodeaban las ciudades. Básicamente eran garrapatas gigantes que buscaban un lugar seco donde nacieran sus crías.

9 “La Gran Familia” era llamado el grupo de ocho grandes etnias que tenían el poder económico y político de la Nube Infragaláctica Elemental del Tercer Nivel, entre estas ocho razas estaban los Numb de quienes dependían directamente los Ziggyboode que eran los gobernantes de la Esfera.

10 Cuatro padres creadores de la vida.

11 Llamado así el lugar de habitación de todos los seres que entonces existían aglomerados en ese espacio-tiempo, no sólo porque sus ciudades y mares estaban sumergidos en una niebla permanente sino también porque según las mismas teorías elaboradas y que eran enseñadas desde el nacimiento, decían y afirmaban que “el imperio de los seres vivos se extiende por todos lados y en todas direcciones: arriba, abajo, adelante, atrás, a los lados y hacia adentro”, tácitamente asegurando que el lugar de habitación de las diferentes razas estaba esparcido en todas esas direcciones y que cada una poseía su propio reino.


12 Según el Libro de Carmín, las ondas vibrafónicas comunica entre sí todo lo que existe.

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