lunes, 25 de abril de 2016

Desde que...

Desde que dejaste tu cuerpo porque ya no lo necesitabas, no dejo de pensar en vos, mamá. Me hacés tanta falta que no puedo esperar el día en reunirme con vos y mi papá. No lloro todos los días porque vos no querés que estemos tristes... pero simplemente la vida es dura sin vos. Algunos dicen que debo dejarte descansar, pero si seguís entre nosotros siempre, no me puedo olvidar de tus besos y abrazos, de tus palabras y de todo lo que sos para mí. Sólo cuando alguien pierde a un ser querido, puede entender a los demás. Por favor, lleváme con vos y mi papá y todos mis abuelos, esta tierra está condenada y maldita.

Desde que te reuniste con todos los ancestros, observo las flores, escucho más el cántico de los pájaros, veo más detalles por todas partes...

Así te quiero encontrar.

Camino y trazo
la entrada a la derecha
un callejón conocido
que me lleva al olvido.

El carterón y los cuadernos
de una chica adornan el abandono
y tomo dos billetes que parecen reales.

Lo pongo de nuevo en su lugar
y sigo hasta la siguiente esquina
donde el retumbo de los buses
y el humo de sus vibraciones
me hace asfixiar...

"Se me fue el bus..."
¿y si regreso por la otra calle
para tomar lo que no es mío?
Entro por la iglesia y nadie me verá.

Pero militares hambrientos me detienen
y sin más me catean como a un vulgar
delincuente frente a las gentes
beatas que se arrodillan.

"No puedo continuar...
si sigo hacia los billetes...
me llevan a una bartolina."

Busco refugio entre los feligreses
y me busco arrodillar.
¡Al fin un hueco!
Allí pondré mis huesos
para confundirme en los devotos.

Una señora, una anciana vestida de blanco
se quiere acercar y le ayudo...
Reconozco su cara, sus ojos, nariz y boca
La tomo y la acerco, el cura
coloca tres ostias en su lengua.
Se persigna y sonríe.

La abrazo y lloro.
Es ella.
Despierto bajo las estrellas
con lágrimas colgando
de mis ojos.

viernes, 22 de abril de 2016

Me hacés falta.

Cada día te extraño más. Me hacés falta, madre mía.
Bien sabía que el día en que decidieras irte, quedaría vacío; y por eso dilataba el momento en que te daría un beso en la frente y te diría que nos reuniríamos en otra dimensión. No sé cómo puedo vivir sin vos... pero te sacrificaste para criar a un guerrero, aunque fuera el único y verdadero no sólo en la familia sino también en nuestro pueblo. Transmitiste tu fuerza a mis entrañas y tu energía a mi mente donde no encuentro consuelo. La prosopoesía que escribí aquella noche en que me vi como el pichón de la grande y majestuosa ave que sos, lo he agregado aquí. Algún día adornará los libros y se dirá que me lo inspiraste únicamente vos.
Perdonáme por haber sido tan egoísta y tan cobarde todos estos años, solamente quería que llegado el momento no sufrieras y el Ajaw me lo concedió... Ahora parece que ya no tengo razón para vivir, porque eras todo mi mundo y mi corazón, mi centro y la que me daba ánimos de seguir adelante.
La casa está vacía sin vos, mamasita linda. Me hacen falta tus besos y tu sonrisa eterna. Me siento tan solo sin verte... pero aparecés en mis sueños que son lo único en los que confío ya. Me diste lo mejor de vos e imprimiste en todo mi ser lo bueno y lo correcto.
No dejo de llorar porque ya no puedo abrazarte y besarte, cocinarte y sacarte a pasear, siempre estaré triste hasta el día en que me reúna con vos, amorcito lindo.
Tampoco sé cómo agradecerte ya.
Por lo menos sé que ahora estás bien y que me cuidás con mucho más poder que antes. Te extraño, mamá. El tiempo que estuvimos juntos no fue suficiente y en nuestra próxima vida nos reencontraremos y nos reiremos, y nos acordaremos de esto... Ya quiero estar con vos, este mundo está lleno de engañadores, traidores, corruptos, egoístas, vividores y de toda la plaga y descendencia dejada por Xibalbá donde acampo sabiendo que tengo tu guía y tu cuidado hasta que nos abracemos nuevamente.
"Dame mi beso...", decías. "¿Y mi beso?", reclamabas. Te quiero besar con flores cada día, mamita chula.


El ave.

El ave vuela en círculos junto a sus compañeras sobre el tejado
y a la sombra pone un huevo al que empolla por largos días y frías noches,
temiendo que al final de los unos, su compañera no vuelva o que al principio de las otras, un rapaz carnívoro desangre las líneas de la vida
que escribe con tanto entusiasmo, júbilo, inspiración e instinto.
"Huevo de amor" le llamaban los abuelos...
un huevo donde crece la belleza de los mundos.
Pero ya no es más un huevo de amor...
- ¡No lo toqués!, ¡es mi hijo!, ¡está por nacer!
La amorosa lo toma en sus manos y lo deja caer...
"¡Ha nacido muerto!" - exclama el viento.
...Y rodando por la cornisa emprende su viaje por el vacío oscuro y profundo,
soñando que se mueve con las estrellas.
A punto de tocar el suelo despliega sus alas negras
que, confundidas con la noche, recrean un vals robado al dolor...
y canta llamando a la muerte.